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Puntos
Bíblicos:
10 Pero el
día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !cómo no
debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán!
31
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús Cristo, y serás salvo, tú y tu
casa.
23
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesús Cristo. 24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
24
La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesús Cristo con amor
inalterable. Amén.
17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
3
Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.
13
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y
la fe en la verdad.
22
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado
por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios
hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23
a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era
imposible que fuese retenido por ella. 25 Porque David dice de
él:
Veía al Señor siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
26 Por lo cual mi corazón se alegró, y se
gozó mi lengua,
Y aun mi carne descansará en esperanza;
27 Porque no dejarás mi alma en el Hades,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
28 Me hiciste conocer los caminos de la
vida;
Me llenarás de gozo con tu presencia.
29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca
David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta
el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con
juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la
carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,31
viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue
dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús
resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así
que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la
promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34
Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
35 Hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies. 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la
casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le
ha hecho Señor y Cristo.
37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro
y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesús Cristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo.
39 Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que
están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
40 Y
con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed
salvos de esta perversa generación.
Hechos
4:11-12
11
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual
ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay
salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres,
en que podamos ser salvos.
9
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que
es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesús Cristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.
8
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del
mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos
en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 11 En
él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al
echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de
Cristo;
12 sepultados con él en el
bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe
en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! 16 El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
23
porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la
iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
12
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los
miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo. 13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados
en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se
nos dio a beber de un mismo Espíritu.
14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 15
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será
del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy
del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo
fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría
el olfato? 18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno
de ellos en el cuerpo, como él quiso. 19 Porque si todos
fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero
ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21
Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a
los pies: No tengo necesidad de vosotros. 22 Antes bien los
miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23
y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más
dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más
decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no
tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor
al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el
cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26
De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,
y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada
uno en particular. 28 Y a unos puso Dios en la iglesia,
primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los
que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que
administran, los que tienen don de lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles?
¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? 30
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan
todos? 31 Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro
un camino aun más excelente.
Efesios
1:22-23
22
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas
las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de
Aquel que todo lo llena en todo.
Colosenses
1:18
18
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio,
el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia.
Mateo
10:22
22
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que
persevere hasta el fin, éste será salvo.
Mateo
24:13
13
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
7
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará
el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida.
12
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya
resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a
los que le aman.
10
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a
algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la
corona de la vida.
16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
6
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu
de error.
7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios.
Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El
que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En
esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su
Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 10 En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados. 11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también
nosotros amarnos unos a otros. 12 Nadie ha visto jamás a Dios.
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha
perfeccionado en nosotros.
13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en
nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros
hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador
del mundo. 15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de
Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. 16 Y nosotros hemos
conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor;
y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 17
En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos
confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en
este mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto
amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde
el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 19 Nosotros
le amamos a él, porque él nos amó primero. 20 Si alguno
dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no
ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha
visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que
ama a Dios, ame también a su hermano.
Gálatas
6:7-10
7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su
carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu,
del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente
a los de la familia de la fe.
Daniel
12:8-13
8
Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de
estas cosas? 9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras
están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10 Muchos
serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán
impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos
comprenderán. 11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo
sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa
días. 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil
trescientos treinta y cinco días. 13 Y tú irás hasta el fin,
y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
Habacuc
3:17-19
17
Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
18 Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar. Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.
42
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43
Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón
habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por
tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá
a la hora que no pensáis.
1
Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos
para mostrarle los edificios del templo. 2 Respondiendo él,
les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí
piedra sobre piedra, que no sea derribada.
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos
se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y
qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a
muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de
guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto
acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio
de dolores.
9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10
Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros
se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y
engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad,
el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta
el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio
del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y
entonces vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16
entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que
esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18
y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19
Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día
de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no
la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22
Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa
de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces,
si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está,
no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y
falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo
he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el
desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28
Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las
águilas.
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días,
el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas
caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está
tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33
Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está
cerca, a las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta
generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de
los cielos, sino sólo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé,
así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los
días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en
casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será
también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán
dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra
será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha
de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de
familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no
dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso
su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle
haciendo así. 47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes
le pondrá. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón:
Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus
consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá
el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no
sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los
hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
7
Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal
habrá cuando estas cosas estén para suceder? 8 Él entonces
dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en
pos de ellos. 9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no
os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero
el fin no será inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y
reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en
diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales
del cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano,
y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y
seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. 13
Y esto os será ocasión para dar testimonio. 14 Proponed en
vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra
defensa; 15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no
podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. 16
Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y
amigos; y matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis
aborrecidos de todos por causa de mi nombre. 18 Pero ni un
cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia
ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos,
sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los
que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse;
y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque
estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que
están escritas. 23 Mas !!ay de las que estén encintas, y de
las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la
tierra, e ira sobre este pueblo. 24 Y caerán a filo de espada,
y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será
hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se
cumplan.
25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del
bramido del mar y de las olas; 26 desfalleciendo los hombres
por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la
tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y
gran gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos
y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos
los árboles. 30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por
vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31 Así también
vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el
reino de Dios. 32 De cierto os digo, que no pasará esta
generación hasta que todo esto acontezca. 33 El cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones
no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y
venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un
lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del
Hijo del Hombre.
1
Tesalonicenses 1:10
10
y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús,
quien nos libra de la ira venidera.
19
Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe?
¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesús Cristo, en su venida?
8
Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y
que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
1
Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad,
hermanos, de que yo os escriba. 2 Porque vosotros sabéis
perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche; 3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá
sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y
no escaparán. 4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en
tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.
Apocalipsis
16:15
15
He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus
ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
13
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá
Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os
decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para
recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
13
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesús Cristo,
que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14
que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición
de nuestro Señor Jesús Cristo, 15 la cual a su tiempo mostrará
el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el
imperio sempiterno. Amén
32
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el
reino.
13
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y
pocos son los que la hallan.
Mateo
20:16
16
Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque
muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Apocalipsis
21:1-5
1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la
santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta
como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz
del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y
él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con
ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos
de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en
el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo:
Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
16
Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener
la vida eterna? 17 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda
los mandamientos. 18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No
matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19
Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20
El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más
me falta? 21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda,
vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y
ven y sígueme. 22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste,
porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo,
que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24
Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una
aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 25 Sus discípulos,
oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá
ser salvo? 26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres
esto es imposible; mas para Dios todo es posible. 27 Entonces
respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te
hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28 Y Jesús les dijo:
De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se
siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también
os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 29
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más,
y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos primeros serán
postreros, y postreros, primeros.
17
Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la
rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para
heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas
bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. 19 Los
mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso
testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 El
entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde
mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le
dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22
Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas
posesiones.
23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
!!Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen
riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras;
pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, !!cuán difícil les
es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25
Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un
rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aun más,
diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27
Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas
para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. 28
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado
todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De
cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí
y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este
tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero
muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.
15
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis
la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
27
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo
les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni
nadie las arrebatará de mi mano.
23
y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las
primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros
mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24
Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es
esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25 Pero
si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
12
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de
muchos testigos.
10
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesús Cristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
25
Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
11
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está
en su Hijo. 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el
nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para
que creáis en el nombre del Hijo de Dios. 14 Y esta es la
confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le
hayamos hecho. 16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado
que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que
cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo
no digo que se pida. 17 Toda injusticia es pecado; pero hay
pecado no de muerte.
18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el
pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no
le toca.
19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el
maligno.
20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero,
en su Hijo Jesús Cristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. 21
Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
10 Pero
el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;
en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas.
11 Puesto
que todas estas cosas han de ser deshechas, !!cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir,
12 esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se
fundirán!
13 Pero
nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en
los cuales mora la justicia.
13
aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesús Cristo,
22
El que no amare al Señor Jesús Cristo, sea anatema. El Señor viene.
Bibliografía:
Biblia Reina Valera 1960
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